divendres, 14 de maig del 2010

Ya soy centenaria

En las frias tardes de Enero , sola y triste estoy. Nadie viene a verme y sentarse al lado de mi troco. La cosa cambia cuando llega el verano. En esta estación viene a verme mucha gente.Los hombres que trabajan en el campo, vienen a comer y a echar su siesta bajo mi sombra.  Las parejas, al atadecer, se ponen hacer manitas escondidos  entre mis hojas. Los porqueros con sus cerdos vienen a verme por las mañanas, pues mi fruto es el manjar predilecto de estos animales. Las visitas que menos me agradan son la de los niños. Algunos son traviesos y hacen daño a mis ramas y hojas con sus juegos. Otros niños solo vienen a columpiarse, ponen una cuerda en una de mis gruesas ramas y pasan un buen rato jugando conmigo. Los pajarillos hacen nidos en mis ramas   y me alegran con sus cantos.

Así pasan mis dias, mis noches, meses y años. Ahora mi tronco es grueso y arrugado y mis ramas estan bajando por el peso de mis frutos. Estoy algo cansada pues llego a ser ya centenaria. Miro la tierra que merodea, mis raices bien arraigadas a ella tengo. Contenta y orgullosa de la vida llevada pienso ¿cuanto tiempo gozado de la luz, del agua y del sol me quedará?

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